jueves, 27 de noviembre de 2008

NUESTRO VIAJE A JAPÓN (CAP.2) - NUESTRA PRIMERA IMPRESIÓN -



Cuando aterrizamos y llegamos al aeropuerto de Narita estábamos muy cansados y acababa de amanecer de Japón, pero la ilusión del viaje podía con nuestro cansancio. En el aeropuerto nos esperaban nuestro amigo Alain su suegra, Sachiko y su cuñada, Yuri. Nos hizo mucha ilusión conocer en persona a Sachiko y Yuri que ya las conocíamos “virtualmente” gracias al blog de Alain.
Alain, Sachiko y Yuri nos guiaron por el aeropuerto hasta un punto de alquiler de móviles ya que les comentamos que quizás necesitásemos móviles para llamar a casa y este servicio tan solo se encontraba en los aeropuertos. Pero tras hacer varias consultas y constatar los altos precios de las tarifas de llamadas, optamos por prescindir del alquiler de móviles.

Gaby y yo llevábamos nuestro ordenador portátil y en el hotel que nos había buscado Alain había Wifi gratuita, así que ofrecimos nuestro ordenador a todos los compañeros de viaje para que pudiesen comunicarse con sus familiares a través de telefonía por internet.
Pero aprovechando que en frente de uno de los puestos de alquileres de móviles había un McDonalds hicimos un pequeño almuerzo a base de hamburguesas exóticas, como la de gambas.

Por cierto la hamburguesa de gambas era excepcional, incluso podías ver las gambas!!
Aún no eramos conscientes que estábamos en Japón ya que nos pasamos muchas horas en las instalaciones del aeropuerto, y es que teníamos que activar nuestro ticket de Japan Rail. Ese ticket es una especie de bono de tren que solo sirve para los servicios que presta Japan Rail (la Renfe Japonesa) en los que se incluye el famoso tren bala. Ese ticket solo se vende exclusivamente a los extranjeros que visitan Japón y esta a la venta en las agencias de viaje autorizadas, que en España están ubicadas en Madrid y Barcelona. Nosotros necesitábamos ese ticket para viajar durante nuestra estancia en Japón, así que teniendo en cuenta que había una oficina de Japan Rail en el aeropuerto y de que tanto Alain como su familia nos podían ayudar con el idioma, se activaron nuestros tickets y nos los cambiaron por billetes de tren bala.
Una vez resuelto toda la burocracia tomamos un tren hasta Tokio, Sachiko y Yuri nos harían de guía y nos llevarían hasta el Hotel en el barrio de Ueno. Alain se fue en dirección contraria para dirigirse a la ciudad donde vive y acomodar a sus padres que estarían durante toda su estancia en Japón en su casa.
El viaje de tren duro una hora y aunque atravesamos muchos núcleos urbanos pudimos ver el paisaje de Japón que tanto Gaby como yo coincidimos en que se asemejaba mucho al norte de España.
Cuando llegamos a la estación de tren del Barrio de Ueno y pudimos -por fin- pisar las calles Tokio para ir hacia el hotel, es cuando percibí que estaba en Japón.

Había mucho trasiego de coches y gente, pero sin embargo el silencio era inquietante. Se podía oír las pisadas de los transeúntes sobre todo lo demás, la gente no hablaba entre ellos y los automóviles emitían muy poco ruido.


Tuve una sensación muy extraña, me impresiono bastante e incluso me creo inquietud, no estaba acostumbrado a tanto silencio en medio de la ciudad. Mientras tanto Sachiko y Yuri nos ayudaban con las maletas conforme podían y preguntaban a los transeúntes por la dirección del hotel, ya que ellas nunca habían estado allí.Yo iba fijándome en el paisaje urbano de Ueno, una enorme autopista atravesaba el barrio y los peatones debían cruzarla mediante puentes que comunicaban la estación con el resto de Ueno, todo ello rodeado de puentes elevados para los trenes con destino a la estación.

Ver mapa más grande
A su vez estos puentes peatonales eran paralelos a una autopista elevada y todo ello coronado de edificios con fachadas repletas de carteles publicitarios con colores muy llamativos.







Sachiko consiguió finalmente encontrar el hotel y nos llevo hacia el , tuvimos que atravesar los puentes elevados de Ueno y una plaza que se ubicaba culminada por un extraño monumento de llamativos colores. Finalmente bajamos por unas escaleras automáticas – asentada en plena calle!-


Atravesamos todo el centro del Barrio de Ueno para llegar hasta el hotel, la calle del hotel estaba repleta de restaurantes, maquinas de refrescos y algo que agradeceríamos durante toda nuestra permanencia en Japón, un supermercado 24 horas!


El aspecto exterior del hotel era como de juguete, pero esta impresión me lleve de casi todas las construcciones civiles de Japón. Dentro estaba el recepcionista que resulto ser una persona encantadora que incluso hizo algún que otro intento de hablar español con nosotros.


Sachiko se encargo de pedir las llaves de nuestras habitaciones y hasta que no estuvimos todos alojados no se fueron ni ella ni Yuri.
Nuestra estancia en Japón acababa de empezar...

…Continuará…

1 comentario:

Sinuhe dijo...

ehh nene, pega un vistazo en mi blog, el de aquí de blogger, que os he dejado un regalito.jejeje